domingo, 30 de marzo de 2008

Fruta y carne podrida


Recibido por alguien que está difundiendo esta contribución para que la estupidez alimentada interesadamente no se convierta en complicidad del crimen cotidiano que se está cometiendo, salvo que quiera ser explícitamente cómplice.

Consultar cifras en : www.leomiau76.blogspot.com

Zonceras

Estos días se ha hecho patente la absoluta actualidad de lo que Jauretche analizó en detalle en su libro "Manual de Zonceras Argentinas". Las Zonceras, siguiendo a Jauretche, son "...principios introducidos en nuestra formación desde la más tierna infancia - y en dosis para adultos- con la apariencia de axiomas, para impedir pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido." Es decir que la zoncera actúa anulando la capacidad de análisis de los zonzos a partir de su propia situación, empujándolos a aceptar como verdad incuestionable el resultado de un análisis hecho por otro, con otros fines e intereses. Por eso, la fuerza de las zonceras "...no está en el arte de la argumentación. Simplemente excluyen la argumentación actuando dogmáticamente mediante un axioma introducido en la inteligencia –que sirve de premisa- y su eficacia no depende, por lo tanto, de la habilidad en la discusión como de que no haya discusión. Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera - como se ha dicho- deja de ser zonzo."

En este post vamos a intentar "deconstruir" (que término más sofisticado!) alguna de las zonceras que más han circulado por estos días, con el objetivo de promover la reflexión y recuperar a algunos azonzados.

¿Quién no ha visto por estos días a señoras (no de las de triple apellido), a camioneros varados en la ruta, a gente que poco se beneficia de las ganancias del agro, diciendo cosas como éstas?

1. "¡Las retenciones del 45% es como si te sacaran la mitad de tu sueldo! ¿Por qué no les sacan la mitad del sueldo a los políticos".

Refutación: En primer lugar, hay que hacer una distinción muy básica. Una cosa es un salario, otra son los beneficios, y otra la renta. Un salario es algo que percibe una persona por realizar un trabajo en relación de dependencia, durante una determinada cantidad de horas diarias, durante un período determinado de tiempo, que suele ser un mes.

El producto del trabajo de esa persona es propiedad de su "patrón", que a posteriori lo vende para realizar los beneficios de su negocio. En este caso, el trabajador rural trabaja de sol a sol, en negro, sin seguridad social, por el peor salario de la argentina, y las retenciones no le van ni le vienen: lo expolian igual.

El beneficio es el ingreso que percibe el capitalista como resultado de comprometer su capital en una actividad productiva, que puede ser industrial, comercial, agropecuaria, etc. El capitalista pone plata, contrata trabajadores, compra o alquila maquinarias, tierra, etc., y luego se lleva un beneficio proporcional a su inversión. En el campo el modelo de capitalista es Grobocopatel, que no es propietario de extensiones de tierra infinitas, pero dispone de una gran masa de capital, alquila mucha tierra (en genera los contratos por estos días se basan más que en adelantar un alquiler en compartir los beneficios de la cosecha), pone las máquinas, levanta la cosecha, y se lleva su beneficio.

El rentista es el que es propietario de las tierras y las alquila. A medida que el precio de los granos es más alto, el precio de alquiler es mayor, y el rentista se lleva más plata por el solo hecho de haber tenido la suerte de heredar un campo. De laburar, ni hablar.
Ahora, en muchos casos, el capitalista y el rentista son la misma persona, y los beneficios se confunden con la renta. Pero ojo! Nunca se confunden con el salario.

Cuando un propietario de un campo explota su propio terreno (rentista y capitalista) y sube el precio internacional de los granos, suben sus ingresos porque sube la renta, y porque los beneficios superan a los beneficios normales transformándose en beneficios extraordinarios.
Los beneficios en una economía de mercado competitiva tienden a ser proporcionales a la inversión en todas las ramas de actividad, es decir, un capitalista a lo que aspira cuando pone plata en algo es a obtener esa tasa "media" de ganancia. Si obtiene menos se cambia de actividad, si obtiene más está de recontra fiesta. Por consiguiente, lo que sube cuando el precio de los granos se dispara es la parte de su ingreso que no es ni proporcional a su inversión, ni proporcional a su esfuerzo, sino proporcional a la cantidad de hectáreas que heredó de su papá o que compró en un momento de precios bajos de la tierra (como el 2002).

Las retenciones en estos casos permiten que el Estado (no el Gobierno!) se apropie de la renta extraordinaria. Esa plata que llueve sin correlación con el esfuerzo. Los dueños de la tierra reciben un poco menos por su privilegiada posición de propietarios, y los capitalistas reciben un beneficio más cercano al beneficio normal (aunque sigue estando bien por arriba en el campo). ¿Los trabajadores? Los pocos que quedan con el avance de la siembra directa, siguen cobrando 1.000 pesos por trabajar de sol a sol. O sea, esto lejos está de tratarse de un impuesto al salario, o al trabajo.

2. "El campo somos todos, si al campo le va mal, a todos nos va mal." O bien: "Yo vengo a apoyar al campo porque la carne está muy cara, y ellos son los que producen y saben como hacer las cosas."

Refutación: En primer lugar hay que decir que con este nivel de retenciones al campo lejos está de irle mal. Tal como han mostrado muchos estudios, su nivel de rentabilidad por hectárea con las retenciones actuales está por sobre el nivel de rentabilidad del mes de diciembre último (que era uno de los picos históricos de rentabilidad).

En segundo lugar, si al campo le fuera tan bien como el campo pretende, es decir, igual que ahora pero con retenciones mucho más bajas, el resto de la sociedad la pasaría bastante mal. Estos datos han estado circulando estos días, pero vale la pena repasarlos. Sin retenciones el kilo de carne superaría holgadamente los $20 para los cortes populares (el asado ya andaba por los $15), el litro de leche sin retenciones y subsidios andaría por los $3,5; el precio del litro de aceite pasaría de los $8 de ahora a unos $15, el kilo de pan subiría al menos un 50%, y así podríamos seguir. Es decir, el campo, haciendo las cosas como ellos saben, nos daría de comer a precios de Nueva York, haría reventar el modelo económico, y nos dejaría nuevamente con un ejército de pobres, desocupados e indigentes. Estas ideas de laissez faire son uno de los lamentables legados de la dictadura y el menemismo, que habitan en los más recónditos rincones de las cabezas argentinas.

En tercer lugar, teniendo en cuenta que si el campo funcionara sin intervención los precios serían mucho más altos, el tipo de cambio sería mucho más bajo, y la re-industrialización se iría al tacho. Como el campo no puede absorber mucho más del 30% del empleo, siendo muuuuy generosos, la pregunta que hay que hacerse es ¿quiero volver a mendigar trabajo? Si la respuesta es no, entonces el estado tiene que intervenir fuerte sobre el sector agropecuario.

El campo lo que sabe es producir, pero lo que quiere además es llevarse toda la plata que pueda. De lo que se trata acá no es de atentar contra el sector, sino de evitar que su bonanza sea la miseria del resto.

3. "Que la plata se la quede el campo, total sino Cristina se la gasta en carteras, aviones y botox."

Refutación: El saldo del aumento de retenciones es de u$s 1.500 millones. La recaudación total por retenciones anda en los $20.000 millones. Supongamos que Cristina es una chora, y se compra las carteras y el avión con la plata de los productores agropecuarios. Hagamos la cuentita: $20.000 millones de retenciones - $200 millones de avión presidencial (que sirve para que nuestro Presidente electo democráticamente no se caiga en pleno vuelo, cosa que a muchos de los manifestantes de capital, de sangre golpista, les gustaría bastante) -0,03 millones en carteras (pongámosle 1.000 dólares por cartera, y treinta carteras; o una cartera de 30.000 dólares)
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$ 19.799,97 millones de pesos para pagar deuda externa, mejorar jubilaciones, realizar obras de infraestructura, llevar a cabo planes de empleo para la juventud arruinada por la crisis que no tiene la suerte de tener 400 hectáreas en Gualeguaychú.

4. "Me solidarizo con los pequeños y medianos productores, ellos con estas retenciones no pueden subsistir."

Refutando: Dejemos de lado a los pequeños. Ahí hay que hacer políticas focalizadas, que deberían apuntar sobre todo a la generación de más valor agregado que a otra cosa, porque un campo de 50ha. no tiene la escala para soja. Las retenciones móviles hay que sostenerlas, e incentivar a los pequeños mediante subsidios a que hagan otra cosa (leche, carne, chancho, etc).

Ahora, los llamados medianos que aparecieron en la tele estos días, que dicen que tienen "solo" 400ha en Gualeguaychú, se olvidan de decir que su "pequeño patrimonio" asciende a valores que están entre los U$s2 y los u$s4 millones (sí! cuatro palos verdes!), y que tienen un resultado por cosecha de entre $500.000 y $700.000, a lo que se debería sumar lo que obtienen por soja de segunda o trigo. Es decir, lejos están de quedar al borde de la quiebra. Lo que están defendiendo estos tipos es su rentabilidad superlativa. Y lo están haciendo a costa del resto de los argentinos, bloqueando el acceso de alimentos a los centros urbanos, generando escasez, y subas de precios.

5. "Los cortes de ruta están justificados, son legítimos."

Refutando: Este tipo de posiciones se deja traslucir sobre todo en los medios televisivos. Los periodistas parecieran no presentar ninguna objeción a que un grupo de manifestantes corte las rutas de acceso a los centros urbanos de todo el país. Es muy preocupante esto, y muy indignante. Cuando los piqueteros "de tez morena", "negritos", "cabezas", o simplemente "pobres", cortaban las rutas para hacer oír su voz desesperada porque se habían quedado sin trabajo hace años, porque no tenían para darle de comer a su familia, porque reclamaban al menos la asistencia del estado para no ver desnutridos a sus hijos, los medios los calificaban de "subversivos" y "delincuentes", se les achacaba que la constitución no permitía ese tipo de manifestación, se los acusaba de agredir a la sociedad. Recordemos que los piqueteros "morenitos" nunca amenazaron con desabastecer a las ciudades, lo más lejos que llegaron fue a generar caos vehicular.

¿Por qué ahora los periodistas no ponen caras serias, por qué no dicen que esto es inadmisible, que la libertad de uno termina cuando empieza la del otro, que estas medidas son subversivas, que hay que ponerle fin a esta situación metiendo palo y bala? Acaso no es bastante más grave desabastecer a todas las ciudades en defensa de las ganancias extraordinarias que generar un poco de caos en defensa de la subsistencia?

Concluyendo...

Esperemos que estos puntos de reflexión sirvan para que alguno reconsidere su apoyo a los reclamos "del campo". Que la reflexión le permita dejar de repetir los argumentos de terceros que van en contra de los propios intereses, y de los del colectivo social. En este conflicto estar a favor de las retenciones no es estar a favor del gobierno, es estar a favor de una política económica redistributiva, que además es un pilar central de un modelo económico que permite pensar en un país inclusivo, con trabajo y perspectivas para todos. Al gobierno le falta mucho para poder autoproclamarse "el gobierno de la redistribución del ingreso", pero si no puede implementar medidas como esta, ni Cristina ni nadie va a poder avanzar ni medio metro en el sentido de sentar las bases para un país más justo.

sábado, 29 de marzo de 2008

El campo invisibilizado


REHENES DE MONSANTO (O COMO BRAMAN LAS CACEROLAS LLENAS DE SOJA DEL OBELISCO, Y NADIE OYE LAS CACEROLAS SIN TIERRA DE SANTIAGO DEL ESTERO).

Dedicado a la gente del Mocase, y a los expulsados por la soja, la codicia, la ineptitud de los gobiernos, las topadoras y los plaguicidas.

Por

Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo.

Premio Nóbel Alternativo (Estocolmo, Suecia)

Presidente de FUNAM.

Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).

Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte. Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales. Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena. Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos. Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan. Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.


Dr. Raul A. Montenegro, Biologo
Presidente de FUNAM
Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biologia Evolutiva,
Universidad Nacional de Cordoba (Argentina)

lunes, 24 de marzo de 2008

Una carta


De Bernardo Alberte (h.)
En este nuevo aniversario quiero compartir con ustedes la carta que mi padre escribiera a Videla horas antes de ser asesinado el 24 de marzo de 1976.

En la madrugada del 24 de marzo de l976 era asesinado por fuerzas combinadas del ejército y policiales, el Tcnel. (R.E.) Bernardo Alberte; horas antes había terminado de escribir esta carta donde denunciaba la represión ilegal y la complicidad de las F.F.A.A.

Buenos Aires, 24 de marzo de 1976.

Al Sr. Teniente General

D. Jorge Rafael Videla

Comandante General del Ejército

S / D

Me dirijo a Ud. a los efectos de informar lo siguiente:

1.- El día 20-III-76, a las 20 horas, un grupo armado intento secuestrarme, en mis oficinas de la calle Rivadavia 764, 1º, con el aparente propósito de asesinarme. Acababa de retirarme del lugar elegido por esa banda armada unos minutos antes, lo que me permitió observar el operativo desde la calle, así como el gran despliegue de elementos materiales y humanos utilizados.-

2.- La observación personal de los hechos me permite asegurar a Ud. que se trataban de efectivos de seguridad, que luego de detener a tres personas que se encontraban en las citadas oficinas, esposarlas, vendarle los ojos y cargarlas en los vehículos, se desplazaron velozmente por la calle Rivadavia hacia el oeste, sin poder seguirlos, por no poder disponer de vehículo propio en ese momento. El desplazamiento se produjo con los acostumbrados toques de sirena de los vehículos policiales.-

3.- El día anterior en un operativo vinculado con el ya descripto fue secuestrado y luego asesinado el joven peronista Máximo Augusto Altieri.-

4.- En las citadas oficinas desarrollo actividades políticas vinculadas al Movimiento Peronista, formando parte de la Corriente Peronista “26 de Julio” cuyo ideario surge de la documentación que adjunto.-

5.- La presente denuncia formal y escrita la presento en esta oportunidad luego de haber agotado todos los medios para averiguar el paradero del joven Altieri, vivo, lo que conseguí, pero muerto el día sábado 20, después de gestiones infructuosas realizadas en ese Comando General; en el Ministerio del Interior y a través de vinculaciones personales con camaradas relacionados con los Servicios de Informaciones.-

6.- La búsqueda personal realizada junto a su padre, fue facilitada por compañeros peronistas de la Municipalidad de Avellaneda y por personal policial de la Comisaría 1ª. de esa ciudad, lo que me permitió hallarlo acribillado a balazos en la morgue del cementerio de Avellaneda, sin identificar, en avanzado estado de descomposición, con el vientre abierto y con las vísceras al aire. El cadáver era un simple N.N., a los cuatro días de haber sido encontrado por la policía de Tristan Suárez, en su jurisdicción, habiendo fallado en él el método eficaz y habitual de identificación sin causa justificada.

7.- Es muy probable que si no hubiera mediado la decisión de encontrarlo y la colaboración del personal descripto hubiera desaparecido toda posibilidad de que sus familiares ejercieran el derecho de darle sepultura cristiana.-

Estos son los hechos que informo al Sr. Comandante General, pero que como información sintética y descripción objetiva, no tiene mucha importancia dentro de todo el contexto de violencia que caracteriza la situación política argentina, si no va acompañada de una apreciación que me siento con el derecho de hacer y con la obligación de señalar, por mi condición de Jefe retirado de las F.F. A.A., cuya trayectoria dentro de la Institución el Sr. Comandante General conoce bien; por mi actuación política dentro del Movimiento Peronista, donde ocupe la mas alta jerarquía dentro del país durante parte del exilio del General Perón y por la militancia política que continuo realizando dentro del movimiento mayoritario, lo que me confiere, por lo menos, la experiencia que muchos necesitan para acceder a una realidad que se les escapa y que los supera, lo que es grave cuando ello le ocurre a quienes tienen la responsabilidad de asumirla, comprenderla y conducirla con acierto.-

En mis apreciaciones el Sr. Comandante encontraría excesos si no aclarara que me siento en condiciones de dirigirme a Ud., no con mis simples atributos de oficial retirado de las F.F.A.A., que me subordinarían y me limitarían, y por consiguiente, harían de mis consideraciones una formal, simple e insuficiente apreciación que carecería de valor.-

Sin dejar de expresarle a Ud. el respeto que me merecen ciertas jerarquías, puedo asegurarle que la vida me ha enseñado a superarlas a todas, cuando de la necesidad de expresar el pensamiento se refiere. Esa fue mi norma, aun desde joven oficial; frente a Generales de la envergadura inigualada del General Juan D. Perón; frente a políticos y militantes; frente a los hechos simples y los más graves.-

Esto me lo enseño la vida que transite como joven y como viejo como pobre y como rico; como obrero y como patrón; como militar y como civil; como jefe y como subordinado; como subversivo y como político; como libre y como preso;como perseguido, como prófugo, como exiliado, como peronista.-

Sin duda avanzamos hacia un enfrentamiento hacia el que se nos quiere llevar gradualmente con falsas opciones y manejando falsos valores y alarma observar la ligereza y hasta la irresponsabilidad con que ciertas personas y ciertos sectores que tienen poder, poder transitorio, alientan el enfrentamiento con hechos o con palabras.-

Y apuntando con este concepto a nuestros camaradas de las F.F.A.A. inquieta escucharlos en sus discursos fúnebres, por ejemplo, cuando ante sus muertos pareciera que quieren superar con palabras posturas que deben asumir con hechos silenciosos y positivos. Yo también tengo esa experiencia de discursos fúnebres. Hable en homenajes ante nuestros obreros y militantes muertos y también ante camaradas fusilados por otros camaradas, y comprendo ahora que no alcanzan las palabras, ni los discursos, ni las oraciones fúnebres ni las homilías de nuestros santos pastores de la Iglesia, para ocultar las causas que generan la violencia que esta entre nosotros desde hace mucho tiempo.-

Reconozco que el que utiliza un muerto, su muerto, para desahogar su “bronca” por la injusticia de esa muerte, tiene derecho a hacerlo. Pero si siguiéramos en esa puja de exaltar a nuestros muertos,

¿ Quien tiene más derecho ?

- Aquel que tuvo la oportunidad de asistirlo y por lo menos, tocarlo aun caliente y desangrándose, o verlo recién “acicalado” por la funeraria, preparado para el homenaje y para transitar “limpio” hacia la gloria.

- O aquel que tiene que recogerlo sucio de un zanjon o de un pastizal, acribillado salvajemente; indefenso y maniatado, torturado y vendado sus ojos, en alto grado de descomposición, como dicen las autopsias, o como decimos nosotros, podrido y en condiciones de ser ya comida de gusanos ?.-

Este es el destino de muchos de nuestros militantes y de nuestros obreros. ¿ Puede algún Coronel o algún General, asumir alguna vez, con su discurso, una tragedia como esta ?. Le ahorro la respuesta : no lo haga. Yo ya no lo hago más. No bastan ni sirven las palabras para evitarla.-

¿ Que nos pasa a los argentinos ? cuando aceptamos clasificar a los muertos en “deseables” o “ indeseables”; cuando nos acostumbramos y hasta toleramos y propiciamos los excesos del poder, cuando renunciamos al debate y aceptamos que los detentadores de ese poder puedan considerar que en todo caso sus excesos puedan encuadrarse jurídicamente en figuras como “excesos de defensa” u otros inventos; cuando negamos por boca de Generales de la Nación la democracia, con el argumento de que se podría propiciar un “gobierno ateo, materialista y totalitario” ?.-

Con estos conceptos no pretendemos enjuiciar a las F.F.A.A., porque no somos jueces y si lo fuéramos no tendríamos el poder para hacer cumplir la justicia. Solamente, hacer reflexiones que permitan comprender la necesidad de la autocrítica, que no se observa en la severidad de los pronunciamientos militares que ya es costumbre repetida escuchar.-

Nosotros no consideramos a las F.F.A,A. como una institución poseedora de valores inmutables, sino como una institución humana que actúa para bien o para mal, de acuerdo a los hombres que circunstancialmente las dirigen. No son mejores ni peores que los hombres que la componen, y por consiguiente, no existe la continuidad histórica que iguala a todos los militares a través del tiempo con un mismo sello de excelencia, desinterés o patriotismo; tampoco el merito de una época alcanza a los protagonistas de otra, salvo que la revaliden con su propia conducta. Y lo mismo en lo que atañe a conductas infamantes. Los meritos de San Martín no apañan a Quaranta, ni Fernández Suárez infama a Belgrano, a Dorrego o a Guemes. Podemos admirar al Almte Browm y negar al mismo tiempo a Rojas y a Benigno Varela. Podemos sentirnos deudores y herederos de tantos milicos que regaron con su sangre el suelo de América y de la Patria y no por ello atenuar nuestro juicio sobre los oficiales cómplices, ejecutores y consentidores de vejámenes y torturas.-

Sin duda este es un criterio antagónico con el que sustentan muchos militares que tienen un extraño concepto de su parentesco con la historia y con la gloria. Pero es claro, y si se lo recalca así tan crudamente, es para evitar que se sigan cultivando prejuicios indiscriminados de un patriotismo que luego la historia nos revela como falso.

Es que los argentinos tenemos una ingrata experiencia acumulada en este siglo. Cuando con el argumento siempre esgrimido y ahora repetido, de la necesidad de defender “un estilo de vida”, nuestro estilo de vida, el Ejercito protagonizo como represor la historia de la “Patagonia trágica” y los obreros lo hicieron como mártires; cuando desde aviones navales con tripulación también de políticos se bombardeo al Pueblo en la Plaza de Mayo; cuando se fusilo en la Penitenciaria Nacional; en José León Suárez y en Campo de Mayo; cuando se fusilo en Trelew; cuando militares intervinieron en la profanación del cadáver de Evita, cuando el Ejercito en un gran operativo pretendió impedir el reencuentro del Pueblo con su líder; cuando representantes de las tres armas concurren a convocatorias de lo mas representativo de las empresas “lideres” y lo mas rancio de los terratenientes y ganaderos, para considerar la situación económica nacional y formular criticas al gobierno, sin asumir las propias, etc., la preocupación se apodera de los sectores populares, especialmente cuando se anuncia que el Ejercito intervendrá en la “subversión en las fabricas”, lugar de trabajo de nuestros obreros y nada se dice de hacerlo en las empresas, lugar de expoliación del país y del patrimonio nacional.-

La situación es seria y también dramática, no solo para los trabajadores, sino también para las propias F.F.A.A., impulsadas a avanzar en un terreno, donde por plano inclinado serán llevadas a sustituir a las policías de los ambientes fabriles, hasta ahora privadas, y a ser custodios de los intereses de una de las partes, precisamente la menos indicada para representar el interés general.-

A todas estas reflexiones dan lugar los 7 puntos primeros de esta nota, que describen una situación concreta.-

Si a ello agregamos que bandas armadas se desplazan por la Capital de la Republica y por los centros poblados, sin respuesta alguna de las fuerzas encargadas del orden y sin que las autoridades responsables (en este caso el Jefe de la Policía Federal) tomen conocimiento, el problema es mas grave, no porque supongamos que el General jefe de esa policía no quisiera impedirlo, sino porque no puede : los hechos y las cosas lo superan.-

Si además, en las averiguaciones del paradero del joven Altieri y en otras realizadas, comprobamos que su caso no es el único, que las morgues renuevan diariamente sus depósitos de cadáveres acribillados y que los órganos de seguridad no se asombran, de ningún modo, sino que lo aceptan como común y normal, comprendemos que el pesimismo sobre la verdadera y grave responsabilidad y misión de las fuerzas del orden se ha apoderado de ellas, en el mejor de los casos, pues hay otros en que se las puede suponer cómplices de esas matanzas.-

Si escuchamos decir a funcionarios policiales que el joven Altieri ha sido “ajusticiado”, comprobamos a que nivel llego el respeto por el concepto de la justicia, a cuyo servicios ellos deber estar.-

Todos estos hechos se han producido en el ámbito con el que ese Comando en Jefe esta relacionado, por la función que ha asumido y es por ello que lo pongo en su conocimiento.-

Solamente y como colorario de todo esto corresponde hacer una ultima reflexión. Frente al concepto ya asentado de la inhabilidad de las F.F.A.A. para el ejercicio del poder político, experimentado en tres desgraciadas oportunidades en lo que va de este siglo, comienza ya a extenderse en la opinión publica el mismo concepto, pero en funciones que parecieran mas especificas de esas fuerzas: la del mantenimiento del orden y de la seguridad de las personas, a cuyo servicio han puesto ya oficiales en actividad.-

Por ultimo hago saber al Sr. Comandante General que denuncias similares sobre el hecho a que da lugar esta, han sido formuladas ante instituciones políticas, de la Iglesia, empresarias, obreras y profesionales, donde a cada una se le hace conocer nuestro pensamiento sobre las responsabilidades de cada una.-

Saludo al Sr. Comandante General

Bernardo Alberte

Tcnel. ( R.E.)

jueves, 20 de marzo de 2008

Fondo en superficie

Cantos rodados que las plantas de los pies con herida tocan para hacerse fuerte apoyo pulido igual que las piedras trabajadas por el continuo mar cuyo fondo apenas entrevemos en la orilla rugosa.

domingo, 9 de marzo de 2008

Cenizas poblándose


Cenizas poblándose

cenizas en el cenicero

cenizas en un campo

cenizas escondidas no se sabe dónde

cenizas del encarcelado

cenizas lo que fue y no será

cenizas de urna pulida

poblándose en el cenicero

salpicando plantas que no ve

el encarcelado ni sabe

dónde cenizas habrán sido las que

serán cenizas más tendrán sentido

no se sabe dónde y no

ceniceros luctuosos en un campo

de floridas mientes dolorosas

porque cenizas enamoradas

no pueblan el campo encarcelado

en donde siguen las plantas limpias

sin saber qué no será más

y serán sentidas poblándose

el entresijo, el aguacero, tierna copa

cadena esmerilada, cenizas fuera

agarrotadas en el campo de flores llovidas

en caja turbia aprisionadas como carcelero

poblando por jamás y siempre

de vuelo circular el aire tierno, malparida luz

y suelos de seca o barro endurecido.